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MÉXICO Y SU SÍNDROME DE ESTOCOLMO POPULISTA

300 168 Juan Emilio Mirabustos

Claudia Sheinbaum, la elegida del presidente López Obrador sin pasar por internas, fue votada por seis de cada diez mexicanos en una de las elecciones con más votantes de la historia de México, signada por una violencia política sin precedentes. Mientras que nuestro país vive un cambio de época histórico, terminando con 20 años de kirchner-peronismo, al segundo país más grande de la región le esperan seis años más de populismo explícito, ¿o no?

Por Juan Emilio Mirabustos, corresponsal desde México

“¡Piso parejo! ¡Piso parejo!” era el grito que resonaba cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidió sin elecciones internas, a puro dedazo, que su sucesora en el poder sería Claudia Sheinbaum Pardo, la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, que venía de una gestión difícil de defender, con la tragedia de la Línea 12 del Metro en sus espaldas. La falta de mantenimiento en uno de los transportes públicos más grandes de Latinoamérica, hizo que se derrumbara una de las columnas de esa línea, causando la caída en picada de la formación y llevándose varias vidas. Ni la delincuencia y el vandalismo a la propiedad privada en las manifestaciones feministas de cada 8 de marzo, algo que jamás ocurrió en la ciudad, que se enorgullecía de tener los monumentos y edificios más limpios, hizo que bajara la popularidad de una funcionaria de profunda ideología progre-comunista. Sólo dejó su cargo para ser candidata a presidente, a diferencia de nuestro Sergio Massa que nunca dejó su cargo de ministro de Economía y a la vez fue candidato, con el “plan platita” a todo vapor.

Lo de “piso parejo” era el reclamo por elecciones internas de varios dirigentes de Morena, el partido que fundó AMLO, desentendiéndose del PRD, el más grande partido de izquierda mexicano hasta el 2014, cuando López Obrador se cortó solo y de esa escisión también nació Movimiento Ciudadano, verdaderos “outsiders” de la política que, si bien siguen reteniendo algunos gobiernos estatales (provinciales), nunca superan el 10% en otras elecciones. Eso sí, no se cansan de decir que son “la nueva política”, mientras el gobernador de Nuevo León, Samuel García, se mete en innecesarias polémicas y ostentaciones. Su novia, Mariana Rodríguez Cantú, se postuló para alcaldesa de Monterrey, la capital del estado, y perdió por 8 puntos contra la coalición PRI-PAN-PRD.

En el estado de San Luis Potosí, los militantes de Morena y el Partido Verde, que iban unidos por la presidencia de Sheinbaum, no se podían ni ver en los actos.. Para evitar conatos de violencia entre las dos facciones, había una vergonzante línea divisoria.

Volviendo a las elecciones presidenciales, el ascenso de Claudia Sheinbaum (de militante a alcaldesa, jefa de gobierno y candidata a presidente) fue tan meteórico como el del partido Morena. En solo una década lograron tanto poder como el Partido Revolucionario Institucional, PRI, en 80 años de ganar elecciones consecutivamente. Casi todos los analistas políticos coinciden en que Sheinbaum era la candidata ideal para suceder a AMLO: de apariencia sumisa a su jefe, desangelada, con muy pocas fotos sonriendo, pero, según la lectura de su electorado, “si votamos a Claudia es como votar a Andrés Manuel”. Pero, ¿a quién tenía en frente Sheinbaum?

LA CANDIDATA DE LA FUERZA

Xóchitl Gálvez nació en el estado de Hidalgo, tiene dos años menos que Sheinbaum y demostró en campaña ser la antítesis de la candidata de AMLO. Casi siempre sonriente, empática con sus seguidores, de actitud positiva y de responder con bastante altura cada requisitoria, incluso cuando le preguntaron por su hermana, encarcelada por privación ilegítima de la libertad y sentenciada, dos semanas antes de las elecciones (nada es casual), a 80 años de prisión. Fue la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por el Partido Acción Nacional, de donde viene ella, y los mencionados PRI y PRD. Algunos otros partidos chicos se acoplaron, pero en ciertos municipios. A diferencia de Sheinbaum, a Xóchitl le cuidaron de manera ejemplar su imagen en los spots y afiches de campaña, mientras que a la ganadora de las elecciones se la veía totalmente demacrada en los carteles del Partido Verde y brutalmente photoshopeada en los de Morena y el Partido del Trabajo. El cierre de campaña en el Zócalo, centro neurálgico de los encuentros sociales del país, se lo llamó “Marea Rosa” y ante su inmensa convocatoria, todos empezaron a hablar de un “empate técnico” entre las dos candidatas. Las encuestas, desde el vamos, la daban ganadora hasta por 15 puntos a Sheinbaum. Y después de la catástrofe que significó para el PRI perder el Estado de México después de décadas gobernándolo, se empezaron a mirar con menos recelo a las encuestas que, al igual que esa elección estatal, predijeron el resultado final nacional.

En los tres debates que se hicieron por la candidatura a la presidencia, Xóchitl Gálvez le pasó el trapo a Claudia Sheinbaum. Hasta la canchereó en medio de una pregunta comprometedora diciéndole
“te regalo de mis segundos para que respondas”.

 

LA HUÍDA MENOS PENSADA

Alejandra del Moral fue la candidata de la misma coalición opositora que este domingo 2 de junio fue derrotada por el populismo. En esas elecciones para gobernadora, celebradas el año pasado, Del Moral perdió contra Delfina Gómez, de Morena, por 8 puntos de diferencia. El gobernador saliente, Alfredo Del Mazo, se desentendió totalmente de esos comicios, sin hacer una “elección de estado” para asegurar la continuidad del partido en el poder y casi confirmando su retiro de la política. Igualmente, ante las pruebas de un virtual “arreglo” con Morena, el PRI lo expulsó de su partido. Una semana antes, Alejandra Del Moral renuncia al PRI para irse a las filas del partido que le ganó las elecciones. Sí, a poquísimos días de la veda electoral, confirmando que ellos fueron los “culpables” de haber perdido uno de los tres estados más grandes de México. La indignación y el repudio enérgico de casi todo el arco opositor a Del Moral y su panquequeada a lo Borocotó se hizo sentir, tanto como el de la gente que la votó. Y eso que en México es muy común que una figura política se pase de un partido a otro como de muda de ropa. Muchos que le bancaron los trapos a López Obrador en sus primeros meses de gestión, huyeron despavoridos del partido populista al ver que “el viejito” estaba cumpliendo su sueño de autócrata desde que militaba en el PRI allá por los años 80.

PANQUEQUEADA INMORAL. Alejandra del Moral, apoyando a Xóchitl Gálvez y semanas después, a su rival directa, Claudia Sheinbaum. A la derecha, Alfredo del Mazo, hoy expulsado del partido que lo encumbró a la gubernatura del Estado de México. Ambos, señalados por “facilitar” el triunfo de Morena en ese populoso estado mexicano.

 

UN GRANO NARANJA

Jorge Álvarez Máynez fue el candidato del mencionado Movimiento Ciudadano, el partido que vocifera “con el PRI, ni a la esquina” y en el estado de Coahuila, por dar un solo ejemplo, sacaron menos de cinco puntos. Su campaña se basó, en su gran mayoría, en imponer pasitos de baile en tiktok, sorteos de camionetas Tesla si llegaban a salir segundos y un acto en Nuevo León que terminó en tragedia, al derrumbarse el débil escenario donde se hacía el cierre de campaña. Esa necesidad de sobresalir sin llegar a nada, hizo que en el estado de Morelos se reelija Morena, incluso con la desastrosa gestión del ex jugador de fútbol Cuauhtémoc Blanco en sus hombros. En ese estado, el “movimiento naranja” sacó 11 puntos, los suficientes para alcanzar a quien ganó si se aliaba con la alianza del PRI, PAN, PRD y Red Progresista. Lo más curioso es que al MC no le interesa el “voto útil”, es decir, bajarse porque saben que pierden, o mínimamente aliarse con el posible ganador, como hicieron los Partidos Verde y PT, que no existirían en México de no estar cobijados por Morena. Se podría valorarles lo de “morir con la de ellos”, si no fuera porque con esa actitud le hacen el caldo gordo al partido gobernante, que provocó la ruptura más grande que tuvo la izquierda mexicana. Máynez, que nunca se acostumbró a las multitudes, evitándolas lo más posible en sus actos proselitistas, cerró su campaña en un teatro, lleno de jóvenes tomando cerveza y fumando porro. Un cuadrazo…

LA CAMPAÑA QUE VIVIMOS EN PELIGRO

Nunca en México hubo tanta violencia política como en estas elecciones. Alrededor de 70 candidatos, de todos los colores y sexos, fueron asesinados en el transcurso de sus campañas. El más impactante fue el del candidato por Fuerza y Corazón por México a presidente municipal (intendente) del municipio de Coyuca de Benítez, José Alfredo Cabrera. Luego de bajar del escenario montado en una escuela pública tras su discurso de cierre de campaña, se le acerca por detrás un individuo en silla de ruedas, que se levanta de allí y le dispara dos veces en la nuca. Al intentar huir, la guardia de seguridad del candidato lo abate. Recordemos que el estado costero de Guerrero está cercado por cuatro cárteles narcos que disputan cada metro de la costa para el transporte ilegal de estupefacientes. La emblemática ciudad de Acapulco, tras el desastre que hizo allí el huracán Otis, empeoró su situación por ello y por las mafias que piden derecho de piso a los comerciantes, ahuyentando el turismo como nunca sucedió en esa ciudad. En ese controversial estado gobierna Evelyn Salgado, de Morena, oficialismo que arrasó en los comicios estatales. Un brutal síndrome de Estocolmo y un miedo encarnado en los guerrerenses a “dejar todo como está”.

Como al candidato en las internas del PRI Luis Donaldo Colosio a principios de los años 90, varios disparos cortaron de cuajo la candidatura de José Alfredo Cabrera en el convulsionado estado de Guerrero. La gente, con mucho miedo, hizo que Morena arrase en los comicios y se reelija en el gobierno estatal por seis años más.

 

¿Y AHORA QUÉ?

El populismo de izquierda de Morena recuperó gran parte de lo que perdió en las elecciones de medio término, hace tres años. Hoy gobierna 24 de los 32 estados mexicanos, casi toda la cámara de senadores es de ellos y se hizo de municipios y alcaldías que parecía no volver a tener. En 2021 se le arrebató la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México. Hoy, hasta la jefatura de gobierno la volvieron a ganar y por más de la mitad de los votos. ¿Cómo es posible que hayan ganado nuevamente, después de la mencionada tragedia de la línea 12 y el descuido descomunal en una ciudad tan turística? Y no era porque del lado de Fuerza y Corazón por México no tenían a nadie para enfrentar al aluvión populista. De hecho, los candidatos que pusieron eran muchísimo mejor que los cachivaches que compitieron contra AMLO en 2018, hoy casi todos retirados de la política. Parte de lo que triunfó en estas elecciones fue el “voto descarte”, el “no voy a votar a alguien del PRIAN (el apodo despectivo que crearon los seguidores de López Obrador a la unión del PRI y el PAN), así que voto al que por ahí va a ganar, para no sentirme sapo de otro pozo”. Otro factor fueron las espaldas que tiene México para afrontar momentos difíciles como el triunfo de Donald Trump y la pandemia, donde el dólar, tras subir abruptamente al comienzo de esos momentos, bajó paulatinamente al valor de antes de asumir AMLO. México es un país con fuerte iniciativa privada y esa estabilidad apacigua el ánimo de la gente, confirmando que, no importan las ideologías que gobiernen, nunca se va a dejar de ser una nación capitalista que siga teniendo alianzas con su vecino Estados Unidos. En medio de una de las crisis económicas más fuertes que tuvo México a finales del siglo pasado, el PAN le arrebata el poder al PRI después de ocho décadas, comenzando un período de alternancia como nunca sucedió en el país y que, de seguir los lineamientos autócratas del saliente presidente, puede hacer que Morena, sin prisa, pero sin pausa, sea el PRI del siglo veintiuno. Un siglo que encontraba a Enrique Peña Nieto, el último presidente priista que tuvo el país, logrando las reformas petroleras y de telecomunicaciones más grandes de la historia reciente de México, borrando el monopolio de Pemex (la YPF mexicana) y ampliando el espectro radiotelevisivo y de comunicaciones.

Ahora bien, ¿qué se puede esperar de Claudia Sheinbaum, además de ser la primera presidente mujer de la historia mexicana? Hasta ahora, lo que demostró en sus gestiones: cumplir a rajatabla las directivas de su jefe directo, López Obrador, que seguirá digitando todo entre las sombras a pesar de haber dicho que se “jubilará” de la política apenas termine su mandato. Si con el tiempo Sheinbaum se volverá pragmática, hará un gobierno pluralista y se diferenciará de su “maestro”, se verá en no muy poco tiempo. Cuando ganó AMLO, nadie se imaginaba el presidente que resultó ser, emulando las extensas conferencias del dictador Hugo Chávez, apoyando regímenes autocráticos o pelafustanes como Daniel Ortega o Lula da Silva, cancelando obras públicas sólo porque no las había empezado él, como el del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, inventando encuestas con dinero público donde siempre ganaba él y nunca haciéndose cargo de los yerros incontables de su gestión, siempre culpando a los “conservadores” o a los “neoliberales”. Esto recién empieza, aunque en realidad ya empezó hace seis años. Hoy, Claudia Sheinbaum tiene un peso descomunal en su espalda: ser ella misma en el poder o ser la Alberto Fernández de López Obrador. Mucha suerte, México. La van a necesitar.

 

MARIEL FERNÁNDEZ VIAJÓ A MÉXICO (pero no a las playas)

831 674 Juan Emilio Mirabustos

La primer intendenta piquetera de Argentina viajó al país azteca para encontrarse con colegas políticos mexicanos y tomarse un par de fotos con el embajador y ex sindicalista Carlos Tomada. ¿Por qué un viaje relámpago? ¿Lo pagamos los morenenses?

Por Juan Emilio Mirabustos

De no ser por la noticia que apareció en el complaciente medio informativo Semanario Actualidad, dirigido por el emprendedor periodístico Rodrigo Solorzano, no nos hubiéramos enterado, ya que hace días que la web oficial del Municipio de Moreno está caída y en las redes sociales no hay ninguna foto.

La intendente Mariel Fernández viajó con una comitiva de menos de diez personas a la Ciudad de México a encontrarse con la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, del partido populista gobernante Morena, la creación del actual presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, un político que empezó su carrera en el extremo absoluto de sus actuales ideas, militando desde principios de los ’80 por el ahora conservador Partido Revolucionario Institucional, que gobernó con mínimas alternancias dirigenciales durante 70 años, casi casi un peronismo made in México. Sus ideas muy emparentadas con la izquierda lo alejaron de ese tradicional partido y terminó siendo cobijado por el PRD, Partido de la Revolución Democrática, donde escaló posiciones hasta llegar a ser Jefe de Gobierno de la segunda ciudad más poblada del continente, que no dejó de votar izquierdismo hasta el día de hoy. Pero la ambición del “peje”, como lo conocen por su origen costeño, no se detuvo y en 2012 fundó su propio partido, Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, lo que desató un resquebrajamiento del PRD como nunca en su historia ya que, además de MORENA, nació Movimiento Ciudadano, otro partido izquierdista que llegó a ganar elecciones provinciales.

PURO CHAYOTE, WEY. Así publicó Semanario Actualidad la noticia del viaje relámpago de Mariel Fernández a México. No salió ni en el boletín oficial, ni en la web oficial, ni en las redes oficiales del municipio. Fue de pronto, se armó el bolsito y se tomó un avión pagado por una de las alcaldías más calientes de la capital azteca. Apenas una “gacetilla” cedida a un medio que tiene, entre sus auspiciantes, al segundo cuadrado abajo a la derecha.

MORENA, DONDE FLORECEN MIL ZURDOS
AMLO, iniciales de López Obrador, tras perder dos veces la elección presidencial (la primera, con el PRD, por apenas un punto de diferencia; recordemos que no hay balotaje en México), la tercera terminó siendo la vencida. En 2018 ganó con el 55% de los sufragios (el voto no es obligatorio, hay que preinscribirse para votar) frente a candidatos totalmente desangelados del resto de los partidos. Por primera vez, un país de tradiciones políticas arraigadas como México iba a probar lo que es el populismo extremo, con consultas populares donde sólo votan los militantes oficialistas, caprichos mesiánicos como cancelar un nuevo aeropuerto al 40% de su construcción para luego inaugurar uno “propio” hecho a las disparadas en una ex base militar y una inflación latente que sólo la está deteniendo la iniciativa privada, a diferencia de la devaluación explícita en nuestro país, que llevó el dólar a más de 200 pesos y a seguir echando nafta al fuego, con más subsidios, más planes sociales y más maquinita de imprimir billetes. México aguantó la vorágine de la pandemia y, a diferencia de nuestro país, el dólar subió en los primeros meses pero bajó cuando se empezó a estabilizar todo y las restricciones empezaron a desaparecer. Hoy el dólar en tierras aztecas está a 20 pesos mexicanos promedio, 10 veces menos que en Argentina. La moneda mexicana vale 10 veces más que la nuestra. Reconstrucción Argentina. Argentina Presidencia.

PARA EL PINCHE FACEBOOK. La foto oficial en la embajada argentina en México, con la troupe de Mariel Fernández junto al ex sindicalista Carlos Tomada, hoy embajador. Tan a las apuradas fue que la mujer de celeste ni se sacó el antifaz para dormir y aparece un colado atrás. Es lo que hay.

Pero volviendo al líder de MORENA, nadie puede negar que cumplió su sueño de llegar a lo más alto de la política mexicana antes de jubilarse del todo. Los gigantescos medios nacionales, que ya venían con el empuje de la Ley de Telecomunicaciones implementada por el priista Enrique Peña Nieto, permitiendo más canales de TV y más radios, quedaron un poco en curva con la llegada del dirigente de izquierda. Muchos optaron por mover sus piezas e incorporar periodistas “desclasados” o despedir a conductores exitosos, como Carlos Loret de Mola, que apenas asumió AMLO fue despedido de Televisa, o Víctor Trujillo, que con su personaje de payaso Brozo es el más punzante crítico de la política local. Ambos, echados del multimedios, están ahora en Latinus, una plataforma periodística de internet. Otro grupo de medios que estuvo al borde del cierre fue Radiocentro, que decidió implementar, a cambio de pauta oficial, una grilla de periodistas obsecuentes con López Obrador en su canal de TV y radio FM La Octava. Los medios públicos como TV Unam y Canal 22 también se llenaron de “obradoristas”, como se les conoce a los fanáticos del presidente, pero con el rol de periodistas, críticos de arte y hasta caricaturistas. La plataforma Youtube se empezó a llenar de “chayoteros”, como se les conoce a quienes “reciben chayote (hortaliza muy famosa en aquel país)”, es decir, pauta oficial. Damián Alcázar, actor famoso por participar en fuertes películas de sátira política durante anteriores gobiernos, hoy filma ingenuos mensajes de bien público mientras se abraza para la foto con el “compañero presidente”. Un panorama muy parecido a cuando el kirchnerismo empezó a inyectar de dinero del ANSES y la expropiación de las AFJP a proyectos “audiovisuales” que nadie vio, pero que garantizaban una “claque” a la presidenta, hoy vice, en cada cadena nacional.

EL SUEÑO SE ESTÁ TERMINANDO
Pero como todo concluye al fin, MORENA está empezando a tener la comezón de las elecciones de medio término. De haber pintado de morado (el color partidario, PRI es rojo, PRD amarillo, el PAN, Partido Acción Nacional es azul y Movimiento Ciudadano es naranja) todo el Estado (provincia) de México y toda la capital, la cosa se le empezó a dar vuelta casi de manera exponencial. Perdieron casi todo el territorio lindero a la capital, perdieron la última consulta de Revocación de Mandato (apenas participó el 17% de los sufragantes; tenía que tener un 40% para ser válido) y a medida que pasan las elecciones en cada estado, la diferencia se achica más. De tener casi 40 millones de votos en 2018, hoy no podrían superar ni la mitad de esa cifra. El tiro en el pie que se pegaron los que votaron al que “ya está viejito, démosle una oportunidad” se sigue escuchando hasta hoy. A eso hay que sumarle el escándalo por las propiedades en Miami que un hijo de AMLO compró y aún no justificó. En la Ciudad de México perdieron más de la mitad de las alcaldías frente a la coalición Va por México, donde prácticamente toda la oposición se juntó para brindarle una preocupante paliza electoral al partido de extrema izquierda que gobierna el país y que aún le quedan dos años más en el poder. Recordemos que en México no hay reelección presidencial, algo que López Obrador intentó colar en las sesiones de diputados y fracasó en la “consulta popular” de revocación de mandato. El resultado: nadie lo va a echar de su sillón presidencial, pero en dos años se va sí o sí.

MORENO Y MORENA, UN SÓLO CORAZÓN
En todo este contexto, el Municipio de Moreno fue, presuntamente, invitado por la Alcaldía de Iztapalapa a un encuentro protocolar y de “intercambiar experiencias de gestión y así enriquecer el desarrollo de políticas públicas”, según una gacetilla oficial que aparentemente sólo la vieron en Semanario Actualidad, ya que no apareció en ninguna parte.

Ahora bien, ¿qué se puede saber de Iztapalapa? El lugar es famoso por su gigantesco Via Crucis que se hace cada Viernes Santo (este año se retomó con público tras dos años de pausa pandémica) y por Xochimilco, la zona donde están las famosas trajineras (botes), lo que lo hace un pintoresco lugar turístico. Sin embargo, Iztapalapa también se la conoce como una de las zonas de mayor inseguridad de la capital azteca, junto a Tláhuac, otra conflictiva alcaldía de la ciudad. Es la primer alcaldía con más delitos cometidos por menores de edad y sólo es superada por los municipios de Ecatepec (el municipio más grande del continente) y Ciudad Nezahualcóyotl, en el Estado de México, donde la pobreza y la inseguridad muchas veces superan a las zonas calientes del narco, al norte del país.

La intendente de nuestro distrito fue con una mínima comitiva en donde se encontraban la concejal Noelia Saavedra; la subsecretaria de Mujeres, Géneros y Diversidad Gisele Coronel; la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Analía Cabaña; la secretaria Privada, Marcela Díaz y el responsable de Comunicación Pública, Vicente Linares. “La invitación no implica gastos por parte del Municipio” aclaró la intendenta piquetera, justificando seguramente la escasez de comitiva y el poco tiempo que se estuvo en ese país, ya que estarían volviendo el domingo por la noche.

LO MANDÓ A LA CHINGADA. Otro momento “histórico” del peronismo en México. El intendente de Merlo, hoy con licencia por presidir el Banco Provincia, Gustavo Menéndez (ahora su hermana está al frente del municipio), a pocos meses de asumir, se reunió brevemente con Carlos Slim, el magnate dueño de Telmex, Claro y varias compañías más, para presentarle una carpeta “vendiendo” al municipio vecino como potencial empresarial, cultural y coso. Todo quedó en la nada misma, Slim debe usar esa carpeta para emparejar una pata de su escritorio y Menéndez, al asumir su segundo mandato, salió del closet peronista y a todo empezó a ponerle su nombre. Lejos quedó el Gustavo “amigo” de la oposición a Raúl Othacehé, quien estuvo 24 años al frente de uno de los municipios más pobres del conurbano.

Un pasaje de avión a México cuesta casi 250.000 pesos en vuelo directo. Mas la estadía (no se van a quedar a dormir en la embajada), la cosa sube bastante por cabeza. Suena algo lógico la invitación de la gente de Iztapalapa ya que, como dijimos, para un argentino es más caro estar en otro país con un dólar a 2 gambas. Y por fuentes colegas de aquellas tierras, la economía no está aún para tirar manteca al techo. Mucho menos para una visita “oficial” de cinco días donde hay que «intercambiar experiencias (de) gestión y desafíos para fortalecer y enriquecer los proyectos para el Municipio de Moreno.» Una sarasa que tranquilamente se puede hacer vía zoom, pero bueno, es plata de los mexicanos. El conflicto surge de la invitación hecha por una alcaldía caliente de pobreza e inseguridad, no de una zona “pudiente” y “cultural”. Al igual que en Moreno, donde no hay cloacas pero te enseñan a hablar en inclusivo.

También es lógico un viajecito a México, aunque sea para ver también a los mariachis cerca de la Basílica de Guadalupe, y más si te invitan de una zona gobernada por el partido cuyo líder es amiguísimo de Alberto Fernández. Lo que no se justifica es el gasto, el tiempo y las razones, por más chamuyo que pongan en una supuesta gacetilla (una gacetilla, ni que presentaran un show en el Marechal para decirle “gacetilla”).

Seguramente en el transcurso de estos días nos enteraremos de más pormenores de este viaje relámpago de Mariel Fernández y compañía hacia tierras aztecas y territorio aún populista. Puede que de allí traigan “estrategias de mitigación” al estilo Lucas Franco, “articulaciones en conjunto” o simplemente un par de sombreros mexicanos. Lo que sí es que rápidamente tuvieron que aclarar que fueron “invitados” y por poquito tiempo. No les alcanzó para hacer la del anterior intendente, Walter Festa, de viajar a las costas mexicanas con la familia y mandar un video a la militancia para seguir “reconstruyendo Moreno” o la de Luana Volnovich, mandamás del PAMI, que se fue con el novio a la exclusivísima isla de Holbox.

Todos, salvo Festa, siguen en sus puestos. ¡Ay, cabrones!